jueves, 14 de mayo de 2009

Worrying

Al principio no me preocupé mucho. Después del accidente, pensé que no sentir pena cuando murió el abuelo era hasta normal. Me estaba recuperando, todo parecía ir bien. Volví a trabajar, a ser el mismo jefe frío y distante de siempre que decían todos. En casa, mi mujer me reprochó que no me uniera a esa alegría desbordante que mostraron todos cuando el niño aprobó Selectividad. Poco después murió mi madre, y entonces sí me lo tomé en serio. Ahora me dedico a analizarme, exponiéndome adrede a distintas situaciones, y una y otra vez obtengo el mismo resultado. ¿Tendrá que morir mi hija para que yo sienta algo? No lo soporto, hasta se me ha ocurrido esa aberración, esta angustia de no poder sentir me está matando.

17 comentarios:

Viktor dijo...

Qué manía con los casos clínicos y los trastornos cerebrales. Ya que te pones, por lo menos que mate a la niña y diga, allí, embadurnado de su sangre: "pues, hombre, parece que me molesta un poquillo esta sensación. No es como aquella vez, cuando perdió el Atleti, pero algo es algo... Voy a matar a la otra, a ver".

Como dijo el impagable Clifton Webb en Laura para ilustrar sus notables progresos en "humanidad": "I should be sincerely sorry to see my neighbor's children devoured by wolves."

Si no le pones un poco de licor queda muy flojo el brebaje.

Besos.

Viktor dijo...

Sorry por la ausencia de comillas en "Laura".

Alicia dijo...

Pues mira que se me ocurrió en la primera versión, pero me pareció ir demasiado lejos en los "experimentos" ;-) y que el susodicho "experimento" se contaminaría por otra emoción distinta (culpa), así que preferí que sólo lo pensara.
Pero lo que más me interesa a mí (y lo que intentaba plasmar) es la paradoja de mostrarse preocupado porque no se preocupa.
Besos

Viktor dijo...

Ya, pero esa preocupación tuya por la preocupación de él por su falta de preocupación (¿me sigues?) resulta un poco profesoral. El relato se queda en nada. A uno le dan ganas de decir eso que digo yo cuando los relatos no relatan nada interesante: "¿y?". Ahora, si hay sangre nadie dice "¿y?". Pueden decir "puagh", "cómo mola", "te has pasado" o "estás fatal". Ventajas del gore.

Alicia dijo...

¿No vale la sangre imaginada?

Viktor dijo...

Si se cuenta como en un informe médico, no. Hay que ponerle un poquito de sal. Además, para cuando llega el mal pensamiento sobre la hija llevamos ya como tres o cuatro catástrofes familiares o sociales en cuatro líneas, contadas de un modo completamente rutinario. Estamos dormidos para cuando se nos pide que imaginemos que él imagina que si ocurriera lo que imagina... etc.

Alicia dijo...

Tomo nota para el próximo "informe" que se me ocurra.
Lo he releído, incluso ahora que es tan tarde para mis horas, y no acabo de dormirme antes de llegar a la penúltima línea, demasiado corto para eso.

Besos

Ah, y jamás nadie me ha llamado nunca "gore"... eso sería como luchar contra mi naturaleza

Viktor dijo...

Bueno, eso de luchar contra la propia naturaleza no está mal del todo, te lo garantizo. Una de las ventajas de la literatura es que uno no tiene por qué ser siempre tan fatigosamente igual a sí mismo.

P.S. Yo me he dormido al primer punto y seguido.

Alicia dijo...

Lo dudo, pareces muy despierto ;-)
A malas, agradéceme que te sirvo de somnífero sin efectos secundarios.

Y con lo controladita que soy yo, puedes dar por hecho que ya es dejar de ser yo misma el mero hecho de escribir esto.

Besos

Viktor dijo...

"Me duermo" significa: dejo de leer y paso directamente a la página de comentarios para poner a caldo a la autora. Literal, eso es lo que me ha pasado.

Y en cuanto al otro, valoro sinceramente tu mérito (lo digo en serio, ahora no hay coña de ningún tipo), pero creo que aún te quedan mil o dos mil toneladas (o kilómetros, según quieras medirlo) de control para empezar a ser ligeramente "laxa" (no digo ya "caótica").

Besos.

Alicia dijo...

Probablemente, pero hago progresos, no creas. Probaré a escribir algún día bajo los efectos del alcohol liberador.

Y por narices tuviste que leerte todo el post antes de escribir el comentario. Si no fue así, tendré que acusarte de clarividente.

Besos

Viktor dijo...

No, lo que hice es empezar el comentario, y entonces, dándome cuenta de que no podría darte demasiado fuerte si no seguía leyendo, abrí otra ventana con el post y lo leí, mientras iba comentándolo. Te juro por Satán que ha sido así.

El alcohol es completamente inútil para escribir. Aparte de que a uno se le estropea muchísimo la caligrafía (o, equivalentemente, toca las teclas como si tuviera un manojo de pollas en vez de dedos y salen palabros como rfasiaaka muy a menudo), la supuesta desinhibición degenera rápidamente en llantina o ridícula autoexaltación. Nada como la lucidez para ser mentiroso, créeme.

Alicia dijo...

Nunca me he desinhibido (bebiendo) hacia esos modos que señalas. Y lo que tengo más que comprobado que me estropea el toque de teclas es la cafeína en dosis altas, por el tembleque.

Y como (casi) nunca miento, como se trate de mentir para escribir, lo llevo crudo.

Besos

Viktor dijo...

Lo que te digo, un caso perdido.

Prueba con el origami, o algo así.

Me desconecto. Besos y buenas noches.

Alicia dijo...

Que duermas bien, un beso.

ana dijo...

Me parece un género dificil el del microrelato. Generar toda esa serie de sensaciones, y efectos es todo un arte. Pero cuando se consigue debe de ser muy gratificante.
No ser capaz de sentir. Ese es un tema complicado para escribir. Ausencia de todo tipo de sentimientos o sensaciones?

Hoy me he animado yo con un microrelato, a ver qué te parece. Pero piedad! es el segundo o tercero que escribo en mi vida.
Un beso Alicia,
ana

Alicia dijo...

Sólo emociones, Ana. El resto va bien.
El microrrelato me parece un género apropiado para los tiempos y para los blogs, por eso de las prisas que tenemos todos ;-)

Besos