Lágrimas atravesadas en la garganta, dedos enguantados que me asfixian
El desahogo tan postergado que ya no ofrece consuelo, la sonrisa, siempre una sonrisa
La alegría fingida para invocar a la verdadera, a veces funciona
Ahíta de harturas, de angustia, de pasos rápidos con la boca seca, del disimulo
Si hubiera algún dios al que pedirle cuentas, si existiera el libre albedrío
Me queda la quietud de la noche interrumpida, los sueños si consigo dormir
Palabras bordes, ironía y sarcasmo como bálsamo para mi angustia
Y siempre, mi sonrisa
jueves, 29 de abril de 2010
lunes, 26 de abril de 2010
Breves
Lucidez
Minutos antes de morir, una ráfaga de entendimiento le ametralló el cerebro. Elena no le quería.
Amnesia
Cada mañana, al despertar, se enamoraba del hombre que dormía a su lado. Cada día era la primera vez. Cada tarde abría el mismo libro, por la primera página, y lloraba de emoción al leer el poema.
Minutos antes de morir, una ráfaga de entendimiento le ametralló el cerebro. Elena no le quería.
Amnesia
Cada mañana, al despertar, se enamoraba del hombre que dormía a su lado. Cada día era la primera vez. Cada tarde abría el mismo libro, por la primera página, y lloraba de emoción al leer el poema.
martes, 20 de abril de 2010
Not for you to read
Cuando era pequeña significaba algo oscuro,
prohibido
un título atrayente
acceso vetado. En el estante más alto, no llegas.
La escalera da miedo.
Sexo. Sólo se trataba de anatomía, al fin y al cabo.
Y ésa sí la domino.
Asesinatos, violencia. Y las historias cristianas,
con su nihil obstat . Menuda paradoja.
Tantas cosas han cambiado. Quién lanza el mensaje.
Quién no puede leer.
Esto que escribo.
prohibido
un título atrayente
acceso vetado. En el estante más alto, no llegas.
La escalera da miedo.
Sexo. Sólo se trataba de anatomía, al fin y al cabo.
Y ésa sí la domino.
Asesinatos, violencia. Y las historias cristianas,
con su nihil obstat . Menuda paradoja.
Tantas cosas han cambiado. Quién lanza el mensaje.
Quién no puede leer.
Esto que escribo.
jueves, 1 de abril de 2010
Planes
Lo tenía todo. El traje, los zapatos. El maquillaje para las ojeras. Testamento. Certificado médico a falta de fecha y hora. La estricnina. Estaba todo.
Le sobraban un perro muerto y ese vacío insufrible entre las sábanas.
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