jueves, 8 de julio de 2010

Para dormir

En los cuentos que me cuento al dormir no hay princesas ni hadas. Hace mucho que el príncipe derramó toda su sangre azul a lomos de un caballo desbocado. El castillo, inhóspito, incapaz de albergar mis esperanzas, se derrumbó piedra a piedra, y después lo engulló el fuego.

Los cuentos que me cuento para poder dormir empiezan siempre igual (imagínate) y siguen con imágenes, a veces quietas, a veces en un remolino que dejo de controlar. Viene luego el tacto, real como si no surgiera de mi cerebro. Y llegados a este punto, con un poco de suerte, llega el sueño. Y duermo.

Pero a veces no viene, y los cuentos se multiplican a velocidad de vértigo. Recorro mi memoria buscando historias, rescatando ésa tan antigua que no fallaba. Recurro a tácticas táctiles digitales, y cuando ya no puedo contar sé que pierdo la batalla. Y no duermo.

Bésame

Ven a mi lado a empuñar la espada

y matar de una buena vez a las reglas del saber estar,

ésas que nos envenenaron.


Viaja conmigo, sin mapas, ni brújula. Las estrellas

bailotean indiferentes allá arriba.

Nuestros cuerpos por fin saben que no hay un camino.


Ahora que ya nos hemos hecho mayores

y sé que el cielo es tu boca, algunos días,

y conozco muchos infiernos pero en ninguno hace calor.


Bésame con furia

desnúdame los labios

arráncame el aliento.

Ahora.

jueves, 29 de abril de 2010

Rabia

Lágrimas atravesadas en la garganta, dedos enguantados que me asfixian

El desahogo tan postergado que ya no ofrece consuelo, la sonrisa, siempre una sonrisa


La alegría fingida para invocar a la verdadera, a veces funciona


Ahíta de harturas, de angustia, de pasos rápidos con la boca seca, del disimulo



Si hubiera algún dios al que pedirle cuentas, si existiera el libre albedrío



Me queda la quietud de la noche interrumpida, los sueños si consigo dormir

Palabras bordes, ironía y sarcasmo como bálsamo para mi angustia

Y siempre, mi sonrisa

lunes, 26 de abril de 2010

Breves


Lucidez
Minutos antes de morir, una ráfaga de entendimiento le ametralló el cerebro. Elena no le quería.

Amnesia
Cada mañana, al despertar, se enamoraba del hombre que dormía a su lado. Cada día era la primera vez. Cada tarde abría el mismo libro, por la primera página, y lloraba de emoción al leer el poema.

martes, 20 de abril de 2010

Not for you to read

Cuando era pequeña significaba algo oscuro,
prohibido
un título atrayente
acceso vetado. En el estante más alto, no llegas.
La escalera da miedo.
Sexo. Sólo se trataba de anatomía, al fin y al cabo.
Y ésa sí la domino.
Asesinatos, violencia. Y las historias cristianas,
con su nihil obstat . Menuda paradoja.

Tantas cosas han cambiado. Quién lanza el mensaje.
Quién no puede leer.
Esto que escribo.

jueves, 1 de abril de 2010

Planes

Lo tenía todo. El traje, los zapatos. El maquillaje para las ojeras. Testamento. Certificado médico a falta de fecha y hora. La estricnina. Estaba todo.
Le sobraban un perro muerto y ese vacío insufrible entre las sábanas.

lunes, 22 de febrero de 2010

Salvamento y salvación

Quién, sino yo, puede arrancarme de este damero
de negros días y noches blancas.
Quién, mejor que yo, podría salvarme.

Nadie.

No basta un amigo, ni siquiera el del alma
para sacarme de esta celda cuyos barrotes
pulí con el mimo del condenado.
Día a día, encerrándome, aumentando la pena.
Pero mío es el poder y más tarde
sólo mía será la gloria.

No me hago caso, afuera hace frío, es de noche
y a ratos llueve.
Sólo unos versos deslavazados
para acunarme
esta noche.