Estoy preñada de vacío.
Sin luz, ni colores. No es negro, ni blanco.
Sin sonidos.
Sin caricias.
A ratos, pero sólo a ratos
se cuela la alegría por una rendija
que todavía no ha sido ocupada.
Y corre rápido un arco iris, suenan sonrisas
el aire huele a primavera recién estrenada
y me sorprende el sabor de un beso.
Pero cada vez menos.
Estoy preñada de vacío, y cuando llegue el día
pariré un monstruo de nada.
Agitará sus bracitos, se aferrará a mi pecho,
querrá que le quieran, insistirá en vivir.
Pero eso será luego.
Ahora estoy preñada de vacío, y ya es tarde.
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3 comentarios:
Me ha impresionado su poema.
Literariamente ,creo que está muy logrado.
Aunque espero que sea fruto de una licencia poética y no se corresponda con su estado de ánimo real.
Salu2
El vacío suele agitar no sus bracitos, más bien sus garras así que cuidado y ojo en el parto. A ver si logras deshacerte a tiempo del monstruo y no caigas en la tentación de darle pecho por mucha cara de hambre que ponga, se haría grande enseguida y no conviene que medre.
Un beso Alicia,
ana
¿Cambiaría su impresión, impresionable Tordon, si conociera mi estado de ánimo en el momento de escribir el poema? ;-) Nada grave, esas hormonas femeninas, que son tan buenas que siempre están ahí para echarlas la culpa.
Bueno, Ana, las garras se tienen que sujetar al tronco mediante algo ¿no? Y tranquila respecto al parto, ya me ha demostrado la vida que estoy estupendamente diseñada para ese trance. Lástima que el pack que me tocó en suerte no incluyera habilidades más útiles para este siglo.
Besos a ambos dos,
Alicia
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