sábado, 2 de mayo de 2009

Impaciencia

El semáforo ya está en verde, pero el coche de delante sigue parado. Grito sin voz a su conductora que deje de atusarse el pelo y arranque de una vez. La mano sobre el claxon, no, molesta. Ya arranca. En la primera rotonda la pierdo de vista. Mejor. En la segunda me obligan a un frenazo brusco, vale ya de inútiles al volante. Se acaban las rotondas. M-30 despejada. Ahí está la salida. Doce semáforos y llegaré a casa. Por fin. Ducha muy rápida, el cuidadoso despeinado del pelo tarda algo más en fraguarse. Poco más y estoy lista. Llego una hora y tres minutos antes a la cita. Maldito Swatch. Una exposición cercana, fotos, mejor que desgastar la acera. Sin expectativas, sin expectativas, como un mantra. Llega la hora y el citado. Paseamos, tengo que acordarme continuamente de aflojar el paso. Charla no demasiado intrascendente, cena sin velas. Ya vienen las copas. Su mano que se acerca, la mía que responde. Suena su móvil. Retirada. Manos en stand by hasta dentro de dos semanas. Vuelvo a casa. A dormir. Un día más o más bien, un día menos.

5 comentarios:

Velda Rae dijo...

Esto de las citas ¡cuánto gasto energético requieren para tan poco resultado!

Alicia dijo...

Bueno, siempre pueden quedar como batallitas para contar a los nietos ;-)

Tordon dijo...

Pues me ha invadido la impaciencia esperando más de medio relato a que llegaran la hora y el citado.
Demasiado tráfico para pocas nueces...
Besos
Tordon.
PD: No, en serio, me ha gustado. Es que echo de menos a Viktor.

Tordon dijo...

Acabo de escribir el comentario y ya me remuerde la conciencia...
Mi señora siempre me avisa: Tordon, piensa que a no todo el mundo le hacen gracia tus sarcásticos comentarios...
Y como ella siempre tiene razón, solo me resta postrarme de rodillas y cumplir la penitencia que me sea impuesta.
Amén.

Alicia dijo...

Tranquilo, Tordon, el sarcasmo y yo nos llevamos bastante bien. Nada de penitencias en este blog, ni genuflexiones, please.

Y muy sinceramente, gracias por emplear tu valioso tiempo en leer el relato, que guste o no ya es opcional ;-)

Besos,

Alicia